Hace más de dos años, Burger King inició un proceso ambicioso para entregar productos libres de ingredientes artificiales, convirtiéndose en el primer QSR importante en lograr un menú “Limpio”. Una tarea titánica que afecta la mayoría de los aspectos comerciales, incluida la revisión, calibración y descubrimiento de los proveedores y aliados adecuados para que la marca tenga un cambio fundamental en su oferta de alimentos. Teníamos la tarea de hacer que este menú limpio fuera culturalmente relevante en México. Mientras tanto, en México, la publicidad es conocida por mostrar una visión poco realista de la vida cotidiana en la quinta ciudad más grande del mundo. La mayoría de las marcas locales, en su casting, locaciones e incluso música, muestran un mundo inalcanzable y desconocido, una y otra vez. De hecho, el 49% de los mexicanos dice no sentirse identificado con la publicidad en México. Para mostrar la ambición y los efectos del proyecto de menú limpio de Burger King, decidimos capturar la verdadera alma del consumidor mexicano en las calles de la Ciudad de México, mientras saborea los productos de Burger King. La fotografía callejera se basa en capturar a la gente común, aquellos que quizás nunca veas en una revista y nunca veas en la televisión. Gente normal y corriente haciendo cosas de todos los días. Y eso era lo que necesitábamos para esta campaña de Burger King: “Espontaneidad”. Contratamos un equipo de fotógrafos profesionales de street-style para recorrer el México real durante dos meses, capturando a nuestros consumidores de una forma 0% artificial como el nuevo menú, ahora sin ingredientes artificiales. ¿Por qué? Porque es precisamente lo que nunca verás en la publicidad mexicana. Esta iniciativa evolucionó a algo más grande que una campaña publicitaria. Se convirtió en una exposición museística donde los mexicanos pudieron apreciar un retrato artístico fotográfico de su vida cotidiana, por supuesto con un producto BK siempre presente.